
Lo más curioso de la muerte de este Habsburgo es que fue enterrado su ataúd. Y digo su ataúd con todo el sentido ya que el mismo le acompañó durante buena parte de su vida. Ya saben, lo normal. Ves un ataúd, te gusta, y a partir de entonces lo llevas contigo a todos los sitios. Y es que no se crean que un ataúd es una simple caja de madera, es también un magnifico sitio para guardar melones y así tenerlos siempre fresquitos.
Vía. curistoria
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