Si Blas de Lezo fuera estadounidense, o inglés, su historia
habría sido contada cientos de veces en novelas, películas y todo tipo de
soportes y formatos. Pero era un español
o, mejor dicho, medio español, porque se dejó tantos pedazos de su cuerpo en
batalla que le llamaban 'Mediohombre'. Por eso ahora, más de 270 años después de sus gestas, España
le rinde homenaje con una estatua en el centro de Madrid.Murió, víctima de la peste, el 7 de septiembre de 1741, en
Cartagena de Indias, la ciudad que meses antes había defendido en uno de los
sitios más asombrosos, cruentos y extremados de la historia militar.
La gesta de
Blas de Lezo es enorme, aunque poco conocida. Y todo empezó por una oreja. En
1738, un guardacostas español, Julio León Fandiño, había capturado a un
contrabandista inglés en las costas de Florida. Como castigo, Fandiño le cortó
una oreja al británico, un tal Robert Jenkins, dando lugar a la que se ha
conocido como “Guerra
de la oreja Jenkins”.
A Inglaterra le vino muy bien el incidente para abalanzarse sobre las posesiones españolas en el Caribe. El almirante Vernon condujo una escuadra que, en 1739, saqueó la ciudad de Portobelo, en Panamá. Animados por este triunfo, los británicos pusieron sus ojos en Cartagena de Indias, la joya del Imperio español. Ante sus imponentes fortificaciones se presentó Vernon en marzo de 1741 con una flota que, por sus increíbles dimensiones, fue llamada por muchos “invencible”. Nunca antes se había hecho a la mar una agrupación de buques tan grande: 186 naves que artillaban más de 2.000 cañones.
Entre marinos, soldados y otros efectivos, Vernon llevó ante las costas colombianas unos 30.000 hombres. En frente, los españoles no tenían más de 4.000, incluyendo auxiliares indígenas y milicianos negros armados para la ocasión. Pero lo que no sabía Vernon, o no supo evaluar, fue que al frente de este exiguo contingente estaba el teniente general Blas de Lezo....SIGUE LEYENDO
A Inglaterra le vino muy bien el incidente para abalanzarse sobre las posesiones españolas en el Caribe. El almirante Vernon condujo una escuadra que, en 1739, saqueó la ciudad de Portobelo, en Panamá. Animados por este triunfo, los británicos pusieron sus ojos en Cartagena de Indias, la joya del Imperio español. Ante sus imponentes fortificaciones se presentó Vernon en marzo de 1741 con una flota que, por sus increíbles dimensiones, fue llamada por muchos “invencible”. Nunca antes se había hecho a la mar una agrupación de buques tan grande: 186 naves que artillaban más de 2.000 cañones.
Entre marinos, soldados y otros efectivos, Vernon llevó ante las costas colombianas unos 30.000 hombres. En frente, los españoles no tenían más de 4.000, incluyendo auxiliares indígenas y milicianos negros armados para la ocasión. Pero lo que no sabía Vernon, o no supo evaluar, fue que al frente de este exiguo contingente estaba el teniente general Blas de Lezo....SIGUE LEYENDO
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